lunes, 20 de agosto de 2007

Las incertidumbres del cambio climático

Hay muchos lectores de este blog preocupados por la incertidumbre en las predicciones del cambio climático ¿Por qué esa preocupación?

La preocupación es un resto a eliminar de un paradigma mental periclitado ya. Es el paradigma que quiere certezas, aunque esas certezas sean falsas. Es el paradigma que llevó a los seres humanos a buscar las religiones, mensajes de un 100% de certeza, un 100% falsos. Es el paradigma que lleva a algunas personas a creer en el milagro de una curación por intercesión fuera de la naturaleza.

Es un paradigma estimulado por dos siglos de ingeniería, que ha puesto en marcha un conjunto de elementos innaturales, las máquinas, que son lineales, reversibles y predictibles.

Pero la naturaleza, y lo que la estudia, la ciencia, no son seguras, no son predictibles al 100%. En la naturaleza, y en la buena ciencia solo se pueden dar probabilidades. Pero son probabilidades reales, no certezas virtuales. Una intervención milagrosa, que no se da nunca ,salva a un enfermode cancer con un 100% de probabilidad. Una quimioterapia, que salva realmente a los enfermos, lo hace con probabilidades de l 70, 80 y 90%, pero jamás con un 100% de probabilidad.

Las predicciones climáticas son inciertas. Bien ¿y qué? ¿Pasa algo? Las predicciones climáticas nos indican el camino del clima y los rangos de incertidumbre. Puesto que tenemos estos rangos, podemos tomar las precauciones necesarias. Estas precauciones pasan por cambiar el paradigma energético. Si el cambio a energías renovables es útil contra el cambio climático, dentro de su incertidumbre, si es bueno en si, porque repare riqueza, la aumenta y crea trabajo, ¿por que rechazarlo?

En el siglo XXI debemos aceptar que la ciencia no es religión, y que las religiones son certezas virtuales.

El paradigma mental que necesitamos a partir de ahora es el paradigma de la naturaleza real, en la cual jamás hay certidumbre de nata, pero hay probabilidades altas para muchas cosas. Es un cambio penoso, doloroso, belo bello y gratificante. Es dejar de considerarnos algo aparte de la naturaleza, dejar de pensar, como decía una de esas religiones, que la naturaleza será de nuestro dominio, y empezar a pensar, con alta probabilidad pero sin certeza alguna, que la naturaleza no es distinta de nosotros, que no es de nuestro dominio, sino que somos parte de ella, que podemos vivir maravillosamente en ella, con ella, sin seguridad total en nada, pero con probabilidad alta en muchas cosas.

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7:00 | gestionado por Antonio Ruiz de Elvira

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